09 enero 2013

La cuesta de enero

Todos los eneros hay cuesta, eso es así, pero la de este año 2013 me da a mí que va a ser del palo Angliru por estos lares. Mi cuesta empezó ayer, y pinta muy muy regulera. Ni propósitos ni leches, la cuesta ha abierto sus fauces, como apunta el gran Forges, y me ha engullido inmisericordemente. Duro y a la encía. Y lo peor es que mi ánimo para escalarla está ahora mismo en las Marianas.

La vuelta al trabajo (aunque solo he vacacionado como tal el 31 de diciembre) ha sido convulsa y difícil. Sí, más o menos era esperado, pero no tanto. El cierre fiscal está a la vuelta de la esquina y va a ser un gran dolor de cabeza. Voy a sufrir. Seguro.

Luego tenemos la vuelta a #elclubdeladieta. He tenido el valor de pesarme ayer y el desastre navideño ha sido total y absoluto. Así que urge volver al redil. También difícil, porque cuando no hay ánimo, todo es más complicado, pero en este caso no hay opción, tengo que volver sí o sí. Y también será duro.

Luego viene el capitulo planes de tuneado de la casa nueva, que de momento estaban en stand by. Pues me parece que, salvo sorpresón o que me toque el Euromillones, va a seguir a corto plazo en Stand by. Cuando no salen los números, no salen. Lo mismo para el tratamiento amaxofóbico, que también está calentando banquillo.

Y luego hay otros temas variopintos, en los que tampoco me explayaré, pero que podrían ir mejor. Pero por no ser totalmente negativo, comentaré también que, a pesar de los pesares, seguimos andando el camino y hay muchas cosas que van bien y me dan fuerza para seguir. No es baladí. A por el maldito mes de enero!



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