10 marzo 2012

Animales de costumbres

Todo el mundo sabe que las personas de este planeta somos animales de costumbres. Algunos más animales que otros añadiría, pero todos tenemos nuestras manías, nuestras neuras y nuestros rituales. Es consustancial a la especie. Algunas costumbres son de lo más normalitas y otras unas autenticas frikadas de frenopático, #esoesasi. Para muestra, algunos botones de mi propia cosecha.

La perogrullada del párrafo anterior me sirve para introducir la siguiente escena costumbrista. Todos los días, desde hace ya unos cuantos meses, un anciano con una muleta se pasea por la calle que da la ventana de mi oficina en el trabajo. Todos los días, sin falta, haga frío, haga calor, llueva o truene, este señor se aproxima a las 10 de la mañana (a las 10 en punto de la mañana) con su ruidito característico de la muleta y una cadencia de paso uniforme. Y justo cuando llega debajo de mi ventana, con su muleta, da dos sonoros golpes al bolardo de metal que hay en la acera. Ni uno ni tres, dos golpetazos que suenan como la madre que lo parió.

No contento con eso, cruza la calle a continuación y, en la otra acera, propina dos sonoros golpes a la señal de tráfico que hay enfrente, igual de contundentes que la primera tanda. Y luego sigue su camino con el sonido característico de la muleta alejándose.

A eso de las 5 de la tarde A las cinco en punto de la tarde, el tipo hace justo la operación contraria, viene por la acera de enfrente, dos golpazos a la señal, cruza, dos muletazos al bolardo y se aleja. Así un día, y otro, y otro. No falla un puñetero día. Siempre hace lo mismo y siempre a la misma hora. Es como un reloj atómico.

Se dio cuenta primero mi compañera. Al principio, cuando constatamos la iteración y el hecho de que siempre fuera a la misma hora nos hizo mucha gracia. Luego pasamos una temporada de odiar al personaje, porque las manías son así. Pero últimamente le hemos vuelto a coger cariño y además le hemos sacado una utilidad, ya que nos sirve como reloj, a modo de campanas que anuncian las 10 de la mañana y las 5 de la tarde.

Estoy seguro que, cuando ese señor, por las razones que sean, deje de hacer este proceso sistemático, lo echaremos de menos.

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1 Comments:

At 11/3/12, 1:09, Blogger Zuviëh S.F. said...

Es que esas cosas son las más chachis. :D

 

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