Ven a cenar conmigo

Sé que perderé reputación con esta afirmación, pero más se perdió en la Guerra de Cuba. A lo hecho, pecho. Resulta que la Sra. Bedel y servidor nos estamos aficionando a ver Ven a cenar conmigo, que echan de lunes a viernes en Antena 3, antes del Telediario de las nueve.

Imagen: ELPAÍS.com

Al principio (se estrenó en junio) no le hice ni puñetero caso al programita de marras pero poco a poco me he ido enganchando. Es una mezcla extraña y friki de concurso de cocina para aficionados, aderezado con toques de reality (los concursantes suelen ser los habituales en este tipo de saraos: mucha niña exuberante, algún que otro modernito, gays de buen ver y bastantes chulopiscinas), de cotilleo puro y duro, de manual chusco de protocolo y buenas maneras y de tendencias decorativas de vivienda de extrarradio.

El funcionamiento es simple. Cada concursante invita en su casa a cenar al resto y se ponen notas valorando como ha estado la comida, la decoración del inmueble y las dotes de anfitrión del elemento o elementa. Normalmente casi todos se suelen despellejar en las valoraciones (supongo que es la gracia del tema). A mi me parece divertido y, sobre todo, muy muy ligero para el cerebelo, cosa que hace bastante falta cuando llegas saturado del curro. No pensar, no pensar, no pensar ...