24 octubre 2007

Elogios laborales

Que tu jefe que regale los oídos con elogios sobre lo bien que haces tu trabajo solo quiere decir una cosa, que un marrón gordo está a punto de caer. Eso lo saben en Flandes. Y el caso es que, aunque la adulación le venga bastante bien a mi alicaída autoestima (muchos jefes ni siquiera lo hacen y te endiñan el marrón sin más), preferiría que el agradecimiento tambien fuera pecuniario, no por avaricia, sino por necesidad.

A pesar de que pudiera incluso recibir alguna gabela a corto plazo, tiemblo solo de pensar en la que se me avecina. Y el caso es que ya barrunto de que va el asunto.

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