16 octubre 2007

Diga treinta y seis

Cada vez me va gustando menos cumplir años, debo reconocerlo. Es la prueba irrefutable de que el tiempo pasa lenta pero inexorablemente, cadencioso sin pensar que dirían Gabinete, pero también es síntoma de que seguimos vivos, que no es poco. Treinta y seis primaveras no son nada, tanguero dixit, pero para mí hace tiempo que el tres en el marcador significa más responsabilidad, trabajo y rutina que placer, jolgorio y felicidad. Supongo que la edad adulta es un poco eso, trabajar once meses para disfrutar uno, trabajar ocho horas para disfrutar tres, trabajar 5 años para tener un coche o trabajar toda tu vida para pagar la hipoteca, salvo que te toque el Euromillones claro, que en eso estamos.

En otro orden de cosas, decir que el día se plantea tranquilo, algún regalito caerá, pasteles en el curro y cena fuera con la Sra. Bedel. Gracias por anticipado a los sufridores de este blog por seguir aguantándome :-).

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