04 febrero 2007

Perder el día

Lo peor de trabajar un domingo no es levantarse pronto y ponerse a la tarea. No es privarse de un día de descanso junto a la Sra. Bedel. No es dejar de disfrutar de una lectura sosegada de los dominicales. Ni siquiera es no poder ver el fútbol. Lo peor de currar un domingo es la sensación de que vas a perder un día de tu vida. Y a estas alturas no estamos para muchos regalos.

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