30 octubre 2006

Tú me das, yo te doy

Hoy como ando también espesito voy a seguir la recomendación del gran Sulaco, voy a ser endogámico y hablar de la blogocosa.

Esto de los comentarios en los blogs es como las plantas. Si no las riegas, van perdiendo poco a poco su vitalidad y acaban muriendo. Desde que, por diversas razones entre la que sobresale la falta de tiempo, no riego con comentarios otras bitácoras, el número de aportaciones de los lectores en este blog se va reduciendo paulatinamente. Este mes ha sido palmario en este sentido.

No es descabellado afirmar, en consecuencia, que la variable "Comentar en otros blogs" y la variable "Recibir comentarios" pueden llegar a ser, en la mayoría de los casos (salvo algunos gurús blogosféricos), variables linealmente dependientes, muy relacionadas entre sí. Es cierto que siempre hay muy honrosas excepciones (ver las estadísticas el miercoles), pero el bajón es relevante.

Y yo creo que es bueno que sea así. Se debería comentar porque te apetece hacerlo y no porque comentaron antes en tu blog. Los sistemas "tu me das, yo te doy" son muy comunes en la blogosfera, pero a la larga son perniciosos, porque consumen mucho tiempo, que, recordemos, es el bien escaso en esta historia.

PD: Esto no es una queja hacia los que ya no comentan, sino un reconocimiento para los que, aunque yo no les comente (les sigo leyendo a la mayoría), si lo hacen. Gracias por romper la teoría.