02 octubre 2006

Ascetismo activo

En la actualidad, voy a convertirme en la viva imagen del asceta en el sentido más amplio del término. Aunque siempre he sido bastante comedido con algunos vicios comunmente aceptados, como el tabaco (en mi vida he fumado activamente, ni cigarrillos convencionales con la tontería de la adolescencia, ni puros en las bodas, ni petas, ni zetas) o el alcohol (tuve mi época bebedora, pero ya casi ni recuerdo cuando me entrompé por última vez), es en este momento cuando mi práctica ascética va a llegar al límite, no tanto por los placeres de la carne (historicamente el fornicio siempre se me ha dado fatal, aunque ahora me estoy recuperando un poco) sino por los placeres de la buena mesa.



La cosa se está poniendo un poco complicada y si no quiero ver bisturís, tengo que plantearme la gastronomía de otra manera. Acabaré siendo un amargado asceta, más delgado, pero amargado, porque a mí lo de hacer dieta me pone de muy mal café (otra cosa que he dejado, por cierto) ... Como diría aquel, ajo y agua ...