24 agosto 2005

El escándalo Armstrong

Parece ser que metía EPO hasta el trigémino. Pero quien esté libre de pecado que tire la primera piedra (¿incluidos nuestras leyendas patrias?). Sigue la caza de brujas.



Tengo un amigo que defiende que todo el que quiera se dope en el deporte (de élite) bajo su propia responsabilidad (su vida) y que luego se atenga a las consecuencias. Sin cortapisas. Muy radical, pero crudo y real como la vida misma.