27 agosto 2005

Ay amor mio

Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.

Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido.
Sin tu latido ...


Así me siento yo hoy, sin su latido. Gracias Aute por explicarlo mejor que yo.