01 julio 2005

No quería barbaquiu, pues me tomo dos tazas

A comienzos del veranito, toca la barbacoa de rigor con mis amig@s. El año pasado ya posteé sobre el particular. Las barbacoas son un evento clásico dentro del calendario de eventos, uno de los pocos que sobrevive, más mal que bien, al paso del tiempo.



Y como no podía faltar, la hemos organizado para mañana por la noche, en el sitio de siempre, los mismos de siempre, donde beberemos lo de siempre, comeremos lo de siempre (aunque quizás incorporemos unas verduritas, por eso de la linea y esas cosas que se llevan ahora), hablaremos de lo de siempre y nos iremos a la hora de siempre. Parece aburrido, pero una vez allí siempre acabo diviertiendome, pese a mi nula ingesta alcoholica.

Pero además, ha surgido una nueva barbacoa. Con la gente de mi trabajo. Ahí voy un poco más perdido. Y da la casualidad que es el mismo día, eso sí, a comer. Y creo que serán otros manjares los que degustaremos.

En fin, que mañana será el día de las barbacoas. Tendré que tener cuidado con la ingesta de calorías.