02 septiembre 2004

Crónica de una mañana

Llevo unos días levantándome temprano, sin motivo aparente. Estoy nervioso, y eso se nota. No puedo dormir bien. Se acerca un momento dificil. Además, llevo dos o tres días con molestias dentales, y eso incrementa mi nivel de intranquilidad hasta extremos insospechados. Si continúan las molestias no me quedará más remedio que ir al dentista. Todo se junta.



Desayuno frugal, y salida al balcón de casa para respirar un poco. Los vendedores ambulantes montan el mercadillo de todos los jueves justo enfrente. Nunca me había fijado lo rápido que montan los tenderetes. Me quedo un rato mirando.

Me pongo a las teclas. Reviso correos. Esta tarde me han propuesto salir con unos amigos. Apetecer, no me apetece mucho, pero me vendría bien distraerme. No sabré lo que haré, como siempre, hasta 5 minutos antes.

Acaban de empezar las obras en el piso de al lado. Le dan al martillo hidráulico que dá gusto.

Se barrunta mañana complicada.